domingo, 5 de diciembre de 2010

El Alfiler

Una noche, "El borradito", empleado de la hacienda del simpàtico y arrogante  Conrado Basadre,llegò cabalgando  a toda prisa  a la hacienda de don Timoteo Mondaraz  diciendo que su patròn  lo envìaba para informarle que  Grimanesa (bella hija de don Timoteo y esposa de Conrado) habìa muerto la noche anterior.

Don Timoteo galopa desesperadamente hacia la hacienda de su yerno,cruzàndose en el camino con un jinete que venìa en loca carrera;era el administrador de la hacienda de Conrado.Al preguntarle dònde iba,muy nervioso respondiò que a buscar al cura para el entierro.

Al llegar,don Timoteo  embargado en inmenso dolor,pidiò quedarse a solas  con su hija muerta,la que estaba vestida con hàbito y un gran crucifijo sobre el pecho .Al besar la cruz,quedò entreabierto el hàbito, algo advirtiò, aterrado y con repulsiòn se alejò del cadàver,y sin despedirse  de nadie volviò a su hacienda.

Durante siete meses se encerrò en su habitaciòn,ni siquiera asistiò al entierro,pasaba dìas enteros sin hablar con nadie,tampoco era a visitado por su yerno.

      Un dìa,inesperadamente  se levantò de buen humor y propuso a su otra hija,Ana Marìa ir a visitar la hacienda de su yerno viudo.

      Asì lo hicieron ,Conrado quedò sorprendido de la belleza y el parecido que Ana Marìa tenìa con su hermana muerta,le obsequiò bellos jazmines ,luego la visita se repitiò todos los domingos,surgiendo al poco tiempo el amor entre ellos.

Un dìa lunes, Conrado pide hablar a solas con el que fue su  suegro, le expresò su deseo de casarse con su otra hija: Ana Marìa ,de `pronto,el anciano  se incorporò àgilmente y de una caja de hierro cerrada con candado,en silencio, sacò un largo alfiler de oro manchado de sangre negra;Conrado cayò de rodillas llorando y diciendo:           ¡   Grimanesa,  mi Grimanesa   !

-Lo  saquè  del pecho de mi hija muerta, tú se lo clavaste ,te fue infiel ¿verdad?, a lo que Conrado respondiò afirmativamrente.

    La  infidelidad habìa sido con el administrador, que huyendo, se cruzò en el camino con el anciano.
    Solemnemente entregò el alfiler a Conrado dicièndole:

- ¡Si èsta tambièn te engaña,haz lo mismo! ¡Toma!,
vete enseguida,no es bueno que alguien vea llorar al tremendo y justiciero don Timoteo Mondaraz.
Ventura Garcia Calderón

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